Con la entrega de diplomas, ha finalizado la escuela profesional El Molino I que ha contado con un total de 30 personas en dos especialidades, albañilería y electricidad, y que comenzó en diciembre del 2017.
En esas especialidades se han desarrollado diversos trabajos. Concretamente en albañilería se ha realizado la limpieza y puesta a punto del antiguo molino ubicado en la Avenida de los Deportes. Se trata de uno de los muchos molinos de aceite que tuvo esta ciudad y que con el paso del tiempo cayó en desuso.
También han destacado trabajos como la construcción de un muro o la preparación de varios atrojes en albañilería. En electricidad, ha destacado la centralización de contadores, una línea subterránea para abastecer la corriente del molino que mide más de 300 metros, tareas en el alumbrado navideño, en el espacio cultural Rufino Mendoza, en la antigua Cámara Agraria o la Casa de la Cultura entre otras.
El alcalde, Miguel Ángel Gallardo, ha puesto en valor el trabajo que han realizado cada uno de los componentes de esta escuela profesional; “un trabajo que no se ve, pero que es muy importante para que escuelas profesionales posteriores continúen esta tarea”, afirma.