El museo etnográfico de Don Benito ha elegido como pieza del mes de septiembre la obra ‘Paisaje extremeño’ del pintor Antonio Gallego Cañamero.
“El paisaje que yo pinto es siempre desnudo, libre de figuras, un paisaje abierto que habla con sus silencios; tratando de que transmita paz, sobriedad, serenidad a quien lo contemple”. Así lo describió en vida el propio Cañamero.
Los rasgos definitorios de Cañamero podrían trazarse nombrando silencio, timidez, amor propio, autenticidad, valor, fuerza moral, constancia, sencillez, honestidad.
El día 2 de junio de 1936, en el número 12 de la calle Tercer Barrial de Don Benito, nace Antonio Gallego Cañamero. Siendo el mayor de siete hermanos de una modesta familia. Su padre, José Gallego, era obrero del campo y su madre, Elena Cañamero, de familia de pastores.
Poco más de un mes después de su nacimiento estalló la Guerra Civil y su madre, huyendo de los bombardeos sobre Don Benito, marchó con sus hijos a Cabeza del Buey, mientras su padre estaba en el frente. Al terminar la contiendo la familia se trasladó a vivir al campo, donde el padre tenía trabajo; posteriormente se trasladan a Medellín, al ser el cabeza de familia contratado por otro patrón.
Fue en Medellín donde comenzó sus estudios con Don Adrián, quien pronto se dio cuenta de sus habilidades pictóricas y le animó a ingresar en la Escuela de Artes y Oficios de Don Benito, teniendo como profesores a los maestros Juan Aparicio y José Gallego “Sefui”.
A los doce años, y para ayudar en su casa, se dedica a la pintura industrial, comenzando al mismo tiempo a pintar sus primeros cuadros al óleo, consiguiendo el primer premio en un Certamen Juvenil en Badajoz, vendiendo el cuadro ganador por 150 pesetas al dueño de la casa donde estaba blanqueando.
Al cumplir 18 años decide marchar a Madrid para hacer realidad sus sueños de pintor. Trabajando todo el día, dedicaba los domingos a visitar el Museo del Prado y otros museos de arte.
En 1955, y tras unas difíciles pruebas, consiguió entrar en la Escuela del Marqués de Cubas y, posteriormente, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde consiguió la licenciatura.
En el año 1959 montó su primera exposición en la Biblioteca Municipal de Don Benito y posteriormente en el Casino de Mérida.
Corría el año 1961 cuando alquila un estudio en la Plaza Mayor de Madrid y comienza a trabajar exclusivamente en el arte. Posteriormente pasó una larga temporada en París y varias ciudades españolas. Ya de nuevo en Madrid, estuvo pintando carteles para los cines de la Gran Vía y vendiendo cuadros esporádicamente hasta 1964, fecha en la que empezó a trabajar para un marchante húngaro que le vendía sus cuadros.
Poco a poco iba dejando atrás los motivos y estilos comerciales y comienza a crear una auténtica obra propia que de forma natural sale de su interior. Comenzó a trabajar para algunas galerías y a realizar exposiciones por toda la geografía española y el extranjero, como Nueva York, Tokio, Londres, Caracas…
