El Castillo de la Encomienda estrena iluminación propia

castillo de la encomienda

El Castillo de la Encomienda o también denominado Castilnovo, ha estrenado iluminación propia.

 

Se han instalado 9.300 watios de luz que permitirán poner en valor y dar un mayor realce a un monumento que forma parte del patrimonio histórico de Villanueva de la Serena y es uno de los símbolos significativos de la ciudad perteneciendo al escudo municipal.
La iluminación está compuesta por proyectores alojados en “casamatas” y en báculos orientados al perímetro del castillo y a sus distintas alturas y torreones. En el interior son luces cálidas mientras que en el exterior lo iluminan luces frías.
El proyecto comenzó a gestarse en 2009 y se ha convertido por fin en realidad tras negociaciones entre entidades públicas; Ayuntamiento y la consejería De Cultura y Turismo con el propietario del castillo Genaro Llano Ponte y Coello de Portugal.
Su propietario, Genaro Llano Ponte, ha mostrado su satisfacción y adelanta que el castillo podrá ser visitado.
Por su parte el alcalde Miguel Ángel Gallardo, explica que “este proyecto ha sido en un ejemplo claro de colaboración público privada, un ejemplo de que cuando las partes se ponen de acuerdo en un interés común, se acaban logrando los objetivos”.
Por último, el importe estimado de este proyecto fue de 54.000 euros, aunque finalmente ha sido ejecutado por una empresa local por importe de 39.119 euros.
Los orígenes de este castillo se remontan a la conquista de Trujillo, en 1232 por Fernando III, quien, acompañado por los caballeros de Alcántara y por el obispo de Plasencia, penetró en la comarca de La Serena reconquistando algunas fortalezas islámicas.
Don Arias Pérez hizo rendir y echó por tierra el castillo musulmán de Mojáfar que había en Villanueva de la Serena, construyéndose después el actual castillo, sobre el mismo emplazamiento o en lugar próximo, que conservó hasta nuestros días el nombre de Castilnovo que define sus orígenes. De ahí que se conozca como castillo de la Encomienda y también como castillo de Castilnovo.
Lo más antiguo de la fortaleza que ahora se puede contemplar data del siglo XIV. Está emplazada en un cerro aislado, no muy elevado, al norte del río Guadiana, y se constituye en un cuerpo principal en cuyo flanco meridional sobresalen una torre prismática y otra cilíndrica.
En torno a los últimos años del siglo XV o primeros del XVI, se añadió otro cuerpo a modo de barbacana en el lado meridional, como continuación de la primera barrera. Quedó entonces en el interior el baluarte citado, permitiendo la creación de un patio de armas, en cuyos flancos se construyeron varias dependencias residenciales y pecuarias en la segunda mitad del siglo XVI.

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