El IES Pedro de Valdivia ha celebrado la sexta charla-coloquio dentro del proyecto "El valor del esfuerzo. 7 retos, 7 causas", en esta ocasión sobre la capacidad de los seres vivos para sobreponerse a situaciones adversas.
Han ejemplificado este valor tres antiguos alumnos del centro cuyo camino no fue fácil, pero que actualmente desarrollan su carrera profesional con éxito, cada uno en un campo diferente.
Domingo Solomando estudia ahora 4º curso de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Extremadura. Recuerda su paso por el instituto con cariño, aunque reconoce que fue un alumno revoltoso que tuvo que pasar varias veces por la jefatura de estudios por su comportamiento no del todo adecuado. Javier García, profesor de tecnología, supo ver en él su potencial creativo y su capacidad para ir más allá. "El taller de tecnología, donde se movía libremente fue para él un descubrimiento. Su inquietud no era sólo física sino también de curiosidad. Era un alumno que poseía una brillantez de la que otros carecían y siempre creí en sus posibilidades" - afirma Javier. El departamento de orientación del centro, cuya función principal es atender a la diversidad del alumnado y su formación integral y no sólo académica, atendió a Domingo para ayudarle a mejorar su comportamiento. Este proceso se extendió a lo largo del primer ciclo de la ESO, pero a partir de tercero. Reconoce que no dedicaba al estudio mucho tiempo y que sus calificaciones no eran muy altas, pero a la llegada a la universidad ese tiempo para estudiar aumentó hasta llegar a siete horas diarias, motivado por las materias que encajaban más con sus intereses y consciente de que "cada examen que tenía delante eran 200 euros que no podía tirar a la calle, pues no se podía permitir repetir". Domingo va superando curso por año, con dedicación, consciente del valor que tiene este esfuerzo para su presente y para su futuro.
Manuel Muñoz es un virtuoso de la música. Toca el piano con maestría y lo siente como parte de su esencial. Desde su más tierna infancia su atracción por este arte era notable, pero hubo de esperar a alcanzar cierta edad para poder asistir a clases en el conservatorio, pues era necesario desplazarse hasta Don Benito y su residencia estaba en La Coronada. Su profesor de piano recuerda la llegada al conservatorio acompañado de su padre, quien afirmaba que su hijo valía para la música. La formación con la que llegó a esas clases era la que él mismo había buscado y encontrado en internet para manejar ese piano que le atraía. Empezó y consiguió en días los progresos que otros chicos conseguían en meses. Se preparó para subir de nivel y en un año consiguió hacer cuatro cursos. Manuel Martos, su profesor de piano, destaca de él el esfuerzo, su trabajo constante, pero sobre todo la humildad. Su motivación sacó también lo mejor de sus profesores que ven cómo merece la pena trabajar cuando el alumno responde. Sus logros no le han hecho perder su modestia ni su humildad. Manuel cuenta que no fue un estudiante brillante en el instituto, aunque se daban bien las matemáticas. "Tanto es así, añade la orientadora del centro, que participó en las olimpiadas de Matemáticas y las ganó". Su familia le apoya en este camino que le llevará muy lejos, deseando, sobre todo que disfrute todo el recorrido.
Jorge Lerga fue también alumno del Pedro de Valdivia. Actualmente es abogado, trabaja en el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena y tiene su propia familia. Pasó su infancia y adolescencia en varios centros de menores. Julia Parejo, directora del CAM de Villanueva, cuenta que el día a día del centro no difiere mucho del diario de una casa, pues ofrece a los chicos la posibilidad de seguir su formación en los centros de enseñanza, realizar actividades extraescolares, tener su tiempo de estudio con apoyo de las educadoras, sus salidas con amigos, etc. Define a Jorge como "un chico maduro que valoraba a las personas que tenía al rededor y el afecto que le daban. Él recuerda su paso por el CAM de Villanueva como una etapa importante de su vida. Siempre tuvo claro de que debía estudiar para salir adelante, esforzarse para hacer una carrera. "El hecho de no vivir en el seno de una familia marca de cara a los compañeros. Siempre hay prejuicios"-afirma. Pero el centro de menores fue su casa, su familia, donde no sólo tuvo cubiertas sus necesidades materiales sino donde además contó con el apoyo de las educadoras. Nieves García, una de estas educadoras, recuerda que llegó al CAM Pedro de Valdivia contrariado por ese nuevo cambio de centro, pero que ese mal humor inicial fue desapareciendo con prontitud. "Recuerdo largas conversaciones con Jorge. Pasamos con él todas las etapas por las que se pasa al crecer, igual que sucede en casa con los hijos. Hablábamos de libros, de series, de política. Le gustaba escuchar los informativos y hablar de las noticias. No era buen estudiante pero sí estudiaba aquello que le gustaba, como la historia. Siempre fue curioso e inteligente aunque no siempre la inteligencia se ve reflejada en las calificaciones. Desde el principio todo el equipo creyó en él y siempre le dijimos que valía para estudiar". Jorge se siente agradecido por el apoyo recibido en esos años y valora el afecto recibido. Considera que su mejor logro es la familia que ha creado y con la que es feliz.
Tres ejemplos de resiliencia, de superación de dificultades con esfuerzo. Tres jóvenes que vencieron las circunstancias adversas iniciales para conseguir aquello que querían. Y así lo han transmitido a los que ahora son alumnos del IES Pedro de Valdivia, invitándoles a confiar en sí mismos y a vencer los obstáculos.
El agradecimiento del IES Pedro de Valdivia a ellos por volver a contar su vivencia, al Conservatorio de Música de Don Benito y al CAM por abrirnos las puertas de sus instalaciones y ofrecerse a contar su experiencia como colaboradores necesarios en la motivación de estos jóvenes, y al Ayuntamiento de Villanueva de la Serena por su colaboración en la elaboración del reportaje visual que ha servido de introducción a esta interesante charla coloquio.
