Un total de nueve alumnos del Colegio Claret de Don Benito se encuentran durante esta semana en la ciudad de Tánger, Marruecos, para participar de una experiencia solidaria que cumple ya 20 ediciones.

El centro comenzó en el año 1997 con esta iniciativa con la que los alumnos colaboran en varios centros marroquíes para ayudar a niños desamparados, discapacitados o madres solteras.

Los alumnos llevan meses preparándose para formar parte de este experiencia, sobre todo a nivel moral. En plena adolescencia, cruzan las fronteras para adentrarse en una realidad bien distinta a la suya en la que los bienes materiales y el mundo desarrollado en el que han nacido, nada tiene que ver con el día a día de los usuarios de estos centros marroquíes.

Durante estos días conocerán la labor que realiza la Organización No Gubernamental Proclade Bética en el Hogar Lerchundi donde acogen a niños con problemas económicos y familiares. 

Además, visitarán a los Hermanos Franciscanos de La Cruz Blanca, donde trabajarán con discapacitados o el centro de las Hermanas de La Caridad "Teresa de Calcuta". La labor en cada uno de los centros es bien distinta, los alumnos se integran en el trabajo diario y aportan su pequeño "granito de arena", tal y como ha explicado el Padre Álvaro Jover, el coordinador del proyecto.

Así, en plena etapa de desarrollo como personas, la experiencia en Tánger marca un antes y un después en la vida de estos alumnos, tanto que varios de ellos se embarcan en esta aventura un año tras otro.

Ese es el caso de Rubén Gordo, antiguo alumno del colegio, de 29 años y que suma ya ocho ediciones participando en la Semana Solidaria, esta vez, como monitor de la misma.

Este dombenitense ha explicado que se trata de una experiencia "especial, única y muy positiva". Acostumbrados a una manera de vivir a este lado del Estrecho, conocer de primera mano las necesidades y modo de vida del mal llamado "Tercer Mundo", es cuanto menos "chocante". Al respecto, asegura que Tánger es "un guantazo de realidad, un "reseteo" en el modo de entender la vida y valorar lo que tenemos".

Dicha actividad está enmarcada dentro del Proyecto de Educación Social que lleva a cabo el colegio Claret con el que los alumnos apadrinan con un donativo a los niños del Hogar Lerchundi. Además, participan con varias asociaciones y centros de la localidad con labores sociales como puede ser con residencias de ancianos o centros de discapacitados.