Navalvillar de Pela se prepara estos días para vivir uno de los acontecimientos más importantes del año, La Encamisá, fiesta de Interés Turístico Regional que tendrá lugar el próximo miércoles 16 de enero. La Diputación de Badajoz apoya económicamente La Encamisá 2019 con una aportación de 10.000 euros.
El alcalde del municipio, Francisco Javier Fernández, anunció que este año la fiesta se presentará en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en Madrid, que será un escaparate para dar a conocer La Encamisá. “Una fiesta con historia y leyenda”, resaltó el primer edil, que hizo hincapié en la inauguración de un mural artístico de 300 metros cuadrados ubicado frente al Ayuntamiento, desde el que se pronunciará el pregón de las fiestas. Este mural es obra del artista David Carrasco Buendía, natural de Navalvillar de Pela.
El pregonero será el mayordomo de la cofradía de San Antón Abad, Sergio Entonado, a la cabeza de un grupo de 17 personas encargadas de la organización de la fiesta. Una fiesta que comenzó el pasado día 6 de enero con la procesión desde la ermita hasta la iglesia de la imagen de San Antón. Desde ese día y hasta el próximo 16 de enero se hace un recorrido cada día a las ocho de la mañana y a las cinco de la tarde, precedido por la tamborilera, María José Baviano Hidalgo, de once años.
El día grande llegará el próximo 16 de enero. La jornada comenzará con la recogida de la leña para encender las hogueras, a las siete de la mañana. Habrá también pasacalles de gigantes y cabezudos y a las cinco y media tendrá lugar la bendición de animales y la misa en la parroquia de Santa Catalina de Alejandría. A las ocho menos cinco se iniciará el pregón y cinco minutos después La Encamisá, que comenzará con repique de campanas y lanzamiento de cohetes. Durante el recorrido, de algo más de un kilómetro con varias vueltas en unas tres horas y media de duración, se obsequiará con vino y biñuelos a todos los participantes.
Se prevé que asistan entre 8.000 y 10.000 personas a este evento, en el que participarán unos 1.000 o 1.200 jinetes vestidos con el tradicional pañuelo de seda multicolor y puntiagudo en la cabeza y cuello, pantalón de pana negro, camisa blanca, faja, zahones y botas de montar. Los caballos se adornan con la manta de madroño, un ejemplar de artesanía único cuyo valor material puede alcanzar los 6.000 euros.
Según la leyenda, en la Edad Media los árabes trataron de tomar Navalvillar de Pela, pero los habitantes se resistieron y encendieron hogueras, se subieron sobre bestias y se colocaron pañuelos en forma de pico sobre sus cabezas para hacer creer que duplicaban su población y así evitar la toma de la localidad. Consiguieron su propósito y en honor a este hecho celebran cada año esta fiesta.
