Un año más, Navalvillar de Pela ha vuelto a brillar en su fiesta más grande, La Encamisá, que congregó este 16 de enero a unos 10.000 peleños y visitantes.
El mayordomo de la Cofradía de San Antón Abad, Eugenio Díaz Fernández, conmovió el corazón de todos desde el balcón de Ayuntamiento con un pregón cargado de emoción, que explotó con los Vivas a San Antón, Sanantonino San Fulgencio y El Chiquirrinino en medio del estruendo de cohetes y el repique de campanas en una abarrotada plaza de Navalvillar de Pela, dando así el pistoletazo de salida a una jornada en la que se rinde homenaje a San Antón Abad, patrón de la localidad y cuyo origen conmemora un hecho histórico que tuvo lugar en la Edad Media.
Según la leyenda, un ejército árabe tenía intención de invadir el pueblo. Los peleños estaban en inferioridad, pero utilizaron el ingenio y les hicieron creer que contaban con una férrea defensa. Encendieron hogueras y cabalgaron haciendo sonar tambores, cencerros y campanillas. Se ataviaron con amplias camisas blancas y gorros puntiagudos y el ejército rival huyó creyendo que había un ejército numeroso.
La Encamisá 2024, Fiesta de Interés Turístico Regional desde hace 38 años, es una de las celebraciones más peculiares y con mayor tradición de la provincia pacense. La vestimenta de los jinetes y monturas es una de las peculiaridades de la fiesta, portando pañuelo multicolor, gorro puntiagudo, camisa blanca, zahones, pantalón negro de pana, y cascabeles y manta de madroños para los caballos.
Este año se han repartido 50.000 biñuelos y 6.000 litros de vino de pitarrra entre todos los asistentes en los típicos puestos que se alternaban con gigantescas hogueras a lo largo y ancho del recorrido de la carrera de San Antón; una carrera que realizan cientos de jinetes a caballo y abundante infantería a pie. Todo ello encabezado por la tamborilera oficial, la pequeña de 9 años Zaira Baviano, y la bandera.
