La oftalmóloga Naira Huertas advierte de los problemas derivados de la sequedad ocular por fijar excesivamente la vista en dispositivos electrónicos y libros, y destaca la seguridad del centro sanitario de Villanueva de la Serena así como la proximidad y la atención personalizada a los pacientes.

El coronavirus ha llegado a nuestras vidas para quedarse, al menos por un tiempo. Y cada vez son más los especialistas que alertan sobre las consecuencias de esta pandemia, no solo para quienes se contagian sino para todos aquellos que, por miedo al contagio, descuidan otros aspectos importantes para su salud. Como los ojos.
La doctora Naira Huertas, oftalmóloga de Ribera Salud en el hospital Ribera Santa Justa, asegura que este centro sanitario ofrece todas las garantías de seguridad para pacientes y profesionales e insiste en que si siempre es importante realizarse revisiones periódicas para garantizar nuestra salud ocular, tras el confinamiento no solo es recomendable sino necesario. “Es importante prevenir lesiones y problemas derivados de la sequedad ocular como consecuencia del uso excesivo de dispositivos electrónicos y también de fijar más la vista en diferentes lecturas”, explica esta profesional. A lo que añade: “El hecho de limitar la salida al exterior durante el confinamiento ha promovido el uso excesivo o el abuso de la televisión y de dispositivos móviles, al igual que ha supuesto un aumento del hábito de lectura en algunas personas, agravando problemas de sequedad ocular así como la dificultad para relajar el músculo que se encarga de la acomodación, es decir, el enfoque, entre otros”.
Esta especialista en Oftalmología, Medicina y Cirugía, que pasa consulta en Ribera Santa Justa todos los lunes y jueves, asegura que los dispositivos electrónicos “favorecen el mantenimiento de la mirada fija y provocan una disminución del parpadeo, fomentado problemas de sequedad ocular que derivan en el enrojecimiento de los ojos, la sensación de cuerpo extraño o el lagrimeo, entre otros síntomas”. Y añade que en el caso de los niños y adolescentes “los efectos podrían haberse incrementado por el hecho de que muchos de ellos han sido privados de la luz ultravioleta”. La doctora Huertas advierte que es importante que los menores realicen al menos una hora de actividad al aire libre para evitar el desarrollo y empeoramiento de defectos de refracción como la miopía. “Ya se habla de la miopía como la pandemia del siglo XXI”, asegura la especialista de Ribera Santa Justa, quien añade que “los cambios en los hábitos de vida de los últimos años están favoreciendo que el número de niños afectados por este defecto de refracción sean cada vez mayores, porque desciende el número de horas que pasan jugando al aire libre y aumentan las horas frente a ordenadores, tablets, videojuegos y tareas extraescolares”.
Para la doctora Huertas, las nuevas especialidades médicas implantadas en el hospital Ribera Santa Justa, incluida la Oftalmología, “aportan una cartera de servicios sanitarios muy amplia, cercana, con fácil acceso y sin necesidad de depender de vehículos para acudir a la consulta, sobre todo para los ciudadanos que viven en el entorno y eso supone un privilegio que el pueblo de Villanueva ha conseguido con la entrada del grupo sanitario Ribera Salud en este hospital”. Además, destaca la atención personalizada y el examen exhaustivo que se hace a cada paciente, “dedicándoles el tiempo que necesita cada uno y con un trato cercano y en el que todos los profesionales intentamos utilizar un lenguaje adecuado para la población no médica que permita que cada persona sea conocedora de la afección que presenta”. A lo que hay que añadir, explica esta profesional, las exhaustivas medidas y extensos protocolos anti-COVID implantados por Ribera Salud en todos sus hospitales, también en Ribera Santa Justa, para garantizar la seguridad de pacientes y profesionales.
La Oftalmóloga de Ribera Salud en el hospital Ribera Santa Justa insiste, además, en la importancia de las revisiones periódicas de la salud ocular en “personas con degeneración macular asociada a la edad, glaucoma (tanto el paciente con sus familiares de primer grado), defectos de refracción como la miopía y la hipermetropía, diabéticos, hipertensos, personas con patologías corneales (queratocono) y con problemas de superficie ocular (sequedad, queratitis, conjuntivitis…)”.
Cuidado de nuestros ojos en verano
Por último, la doctora Huertas, que recomienda cuidarse la visión durante todo el año, recuerda que el verano “es la época de mayor radiación solar y debemos prestar especial atención a nuestros ojos para tomar las medidas de prevención adecuadas”. “El hecho de que los rayos UV tengan un índice especialmente elevado durante el verano, se traduce en una mayor capacidad para producir lesiones en áreas sensibles del cuerpo”, explica. Por eso, asegura que durante el verano “es fundamental el uso de gafas de sol con filtro de radiación ultravioletas, que estén homologadas, y conjuntamente o en su defecto, el uso de gorros o gorras con visera”.
Además, la especialista de Ribera Santa Justa advierte sobre el efecto en nuestros ojos del aire acondicionado que, aunque imprescindible durante los meses de verano, “produce sequedad ocular que se traduce en molestias diarias continuas, empeorando nuestra calidad de vida”. Para evitarlo recomienda usar lágrimas artificiales con ácido hialurónico y vitaminas que ayuden a nuestra película lagrimal a permanecer en la córnea durante más tiempo, minimizando los efectos indeseables de la sequedad ocular o incluso haciéndolos desaparecer.