El Ayuntamiento de Villanueva de la Serena ha iniciado una campaña para concienciar sobre los malos hábitos que dañan la red de tuberías de saneamiento de la localidad.
En la campaña se insta a los vecinos a no arrojar toallitas y otros artículos de higiene personal al inodoro. En los últimos meses se ha producido un incremento de atascos en la red, provocando diversos problemas, según el consistorio.
Un gesto tan fácil como depositar en una papelera del baño las toallitas, tampones, compresas u otros elementos de la higiene personal, evita no solo problemas medioambientales sino también un importante coste económico.
Aunque estos elementos de uso diario solo deberían depositarse en un cubo de basura o papelera, la realidad es bien distinta y provoca problemas prácticamente a diario en las tuberías. Unos problemas con los que de forma habitual se encuentra la empresa encargada de la red de suministro de agua y saneamiento de la ciudad, dándose en mayor medida en las comunidades de vecinos; donde todas las viviendas desaguan por la misma acometida. En las viviendas unifamiliares y en casas, es menos frecuente este problema, según estimaciones del ayuntamiento.
La situación se ha agravado en los últimos meses, elevando el porcentaje de atascos en las arquetas y acometidas de la red de saneamiento que, en su gran mayoría de casos, están provocados por toallitas higiénicas. Además, de forma frecuente, también se encuentran otros objetos como las mencionadas compresas o tampones. Aunque en algunos envases de toallitas y otros artículos de higiene personal se indica que son degradables, en ningún caso lo son. Tanto es así, que los fabricantes recomiendan no tirar estos objetos al inodoro.
Estos objetos, si se tiran al inodoro, van directamente a la red de saneamiento, donde se mezclan con otros productos como aceite, grasas y detergentes, lo que provoca importantes atascos en las arquetas y acometidas. Las bolas que se hacen al mezclarse todos estos productos son de tal volumen que hacen muy difícil su desatasco, teniendo en algunos casos que levantar la calle y descubrir la tubería para poder sacar el tapón, al ser imposible hacerlo con los medios mecánicos disponibles.
Unas averías que, dependiendo de la importancia del atasco, pueden solucionarse en dos o tres horas, o requiere dos o tres días, suponiendo no solo molestias sino un importante coste económico y daño medioambiental.