Una caja de tabaco de la Compañía General de Tabacos de Filipinas es la elegida como pieza del mes de diciembre en el museo etnográfico “Agustín Aparicio Cerrato” de Don Benito.
La caja tiene en su tapa superior una inscripción que reza: “Flor de la Isabela. Fábrica de Tabacos. Manila. Compañía General de Tabacos de Filipinas”, y data probablemente de finales del s. XIX. Fue donada a este Museo por Gregorio Corchero, a quien el Ayuntamiento expresa su agradecimiento.
En febrero de 1881 llega al poder en España el gobierno liberal de Práxedes Mateo Sagasta, y con él el Decreto de desestanco del tabaco filipino. Así finalizaron cien años de monopolio de cultivo, venta y comercialización de tabaco en Filipinas.
El 26 de noviembre de 1881 se crea en Barcelona la Compañía General de Tabacos de Filipinas (C.G.T.F.), fundada por D. Antonio López y López de Piélago, asociado con el Banco Hispano Colonial, El Banque de París et des Pais Bas y la Sociedad General de Crédito Mobiliario Español (que en 1902 se convertiría en Banesto). Su objetivo era explotar el mercado del tabaco en Filipinas sin renunciar a otros negocios; para ello se marcó los siguientes objetivos principales: a) Comprar grandes extensiones de terreno para el cultivo; b) Organizar el acopio de tabaco producido por los pequeños cosecheros; c) Hacerse cargo de la producción de las cinco fábricas de tabaco de la Hacienda española en Filipinas; d) Mejorar la calidad del tabaco filipino y la productividad de sus fábricas. La C.G.T.F. quería producir cuanto antes un puro filipino “al estilo cubano”, para ello contrató a especialistas cubanos que formaron a los productores filipinos de sus fábricas. Después de años de práctica, numerosas familias de operarios llegaron a ser expertos tabaqueros y cigarreros de la fábrica de “La Flor de la Isabela”.
La C.G.T.F. inauguró la primera nave de su fábrica La Flor de la Isabela, conocida como La Tabacalera, en febrero de 1885. Daba trabajo a 3000 mujeres y a 1500 hombres, y fue un modelo por su magnitud y especiales condiciones. Se especializó en producir cigarros puros de vitolas cubanas, menas filipinas y picadura para cigarrillo, utilizando para ello la hoja de tabaco de mejor calidad y obteniéndose así unas inmejorables propiedades intrínsecas de gusto, aroma y combustibilidad. Probablemente fue una de las mejores y más productivas fábricas a nivel mundial, tanto por la calidad de sus productos como por el volumen de su producción. En 1898, la C.G.T.F. elaboraba más del 60% del tabaco que se cultivaba en Filipinas y exportaba más del 90% de su producción en todos los mercados internacionales a través de una red de oficinas, representaciones y corresponsales distribuidos por todos los países del mundo.
