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El centro de Formación del Medio Rural de Don Benito: un recurso imprescindible en Extremadura

natalia blanco

El Centro de Formación del Medio Rural de Don Benito es quizá uno de los espacios más desconocidos por el ciudadano de a pie y a la vez un recurso educativo imprescindible para Extremadura y especialmente para nuestra comarca.
Adscrito a la administración regional, concretamente dependiente de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio de la Junta de Extremadura, este centro está dirigido en la actualidad por Natalia Blanco, cuyo ímpetu, unido al del equipo de trabajadores, está contribuyendo a revalorizar unas instalaciones sensacionales y con enormes potencialidades para Don Benito, para la comarca y para la región. “Tengo un equipo de trabajadores maravilloso tanto en docencia, como en el resto de tareas del centro, que se está volcando fuertemente en esta misión”, subraya la directora.


En formación reglada se imparten dos ciclos de grado medio de producción agroecológica y producción agropecuaria en modalidad dual y el ciclo de grado superior de paisajismo y medio rural. En formación continua, que es una especie de formación postgrado, se imparten cursos monográficos y se tienen muy en cuenta la demanda del sector y lo que el sector sugiera y proponga. Todo ello con una empleabilidad que roza el cien por cien.
Visitar este centro es enormemente recomendable para el gran público. En su visita descubrimos unas instalaciones con solera y a la ver sorprendentes para aquellos que desconozcan las entrañas de unas instalaciones de las que puede presumir Don Benito, la comarca y Extremadura. Todo un complejo cuyas dependencias van encaminadas a la formación de la ciudadanía en un sector que es vital para la comarca y sobre el que gravitan todas las restantes actividades económicas de la zona porque todo en una medida u otra en las Vegas Altas depende del campo, de la actividad agraria.

centro formacion rural Don Benito
Ya de por sí, la ubicación del centro es muy apropiada, en la capital de las Vegas Altas, en un municipio como Don Benito, que cuenta con una población aproximada de unos 37.000 habitantes, en una zona regada por los pantanos de Orellana y Zujar, dentro de las Vegas Altas del Guadiana. Esa ubicación pone a tiro de piedra de este centro a un sinfín de empresas de la rama agroganadera en la que sus alumnos no solamente llevan a cabo las prácticas de la formación dual, sino que conforman la salida laboral para el alumnado.
El ámbito de influencia del centro se extiende fuera de la comarca de las Vegas Altas del Guadiana alcanzando a la comarca de la Serena, Siberia y los Montes y Vegas Bajas del Guadiana, siendo habitual que estudien en el centro jóvenes de este entorno.

centro rural don benito
En la comarca existen una serie de industrias transformadoras del tomate fresco concentrado y polvo, de alto nivel tecnológico y empresas que comercializan y manufacturan la fruta que se produce en la comarca para su envío a los centros de consumo, además de muchas empresas de servicios a la agricultura.
Ubicado en la carretera Don Benito-Miajadas, a escasos dos kilómetros de Don Benito, el centro cuenta con una serie de recursos humanos distribuidos en cuatro áreas principales dependientes de la Dirección: área de docencia, de administración, residencia e internado y área de explotación.

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La residencia-internado es una de las joyas de la corona del centro. Muy bien cuidada en instalaciones y por su personal de cocina y limpieza, acceder a ella está becado.
Cuenta con 53 hectáreas de regadío, 5 de secano y 2.100 metros cuadrados de invernadero, además de una importante cabaña ganadera de ovino, maquinaria agrícola, equipos de riego, etc. Una de sus joyas es su residencia-internado con capacidad para 100 plazas y dotado de instalaciones deportivas y de ocio, salón de actos, sala de televisión y video, aula de informática, biblioteca, etc.
Natalia Blanco lleva casi 23 años trabajando en el centro y asumió la dirección hace dos años y medio; un periodo muy complicado debido a la pandemia. “La ubicación de nuestro centro es privilegiada, con todos los ingredientes necesarios para que sea un referente en la familia profesional agraria”, señala la directora.
La formación profesional ha recorrido un largo camino y su futuro es la formación dual, que es la combinación de la formación en el centro y en las empresas. Desde el primer momento los alumnos están pisando las necesidades y lo que se cuece en las empresas, como los antiguos aprendices. El campo siempre ha sido el pasado, el presente y el futuro de Extremadura y de esta comarca en particular y el campo no se va a acabar, sostiene Natalia Blanco.
Todos estos argumentos que esgrime la directora se dan en un contexto de avance y modernización en el agro. “El ciclo de formación dual que tenemos es el ciclo de formación agropecuaria y el alumno tiene que moverse por las empresas de los distintos módulos de formación, es decir, tienen que ver maquinaria agrícola, tienen que ver fitosanitarios, producción ganadera, empresas de viveros e invernaderos. Todos van a tener una visión más diversificada”, añade la máxima responsable de este complejo formativo.
El reto es llegar a la demanda del sector en agricultura de precisión, que se ha disparado en los últimos años. En ese sentido, la formación continua, que sobre todo se imparte por las tardes, complementa con cursos más específicos y a demanda del sector la formación reglada que se da en el centro. En formación continua se han dado cursos a demanda de herraje de caballos, podas de distintas especies arbóreas, plantas aromáticas y medicinales, etc. “Estamos dispuestos a impartir cursos monográficos a demanda del sector y en ese sentido estamos a disposición del sector para formar en lo que nos sugieran”, subraya Natalia Blanco.
No todo se reduce a la importancia de la formación en este centro, sino que su directora se está esforzando desde que asumió el cargo en dignificar unas instalaciones con un enorme potencial. Los jardines de la entrada principal se han ornamentado con materiales reciclados. La imaginación ha hecho que maderas de desecho se hayan convertido en bancos, papeleras, pérgolas y en fuentes. La utilización de material reciclado se ha extendido también a determinados espacios interiores, en los que colchones para tirar y palés de madera tienen una segunda vida convertidos en sofás tras la correspondiente transformación.

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