El Villanovense sufrió este domingo frente al Melilla la primera derrota en casa de la era Javier Álvarez de los Mozos en el banquillo serón (0-1). Tres puntos que volaron del Municipal de Villanueva frente a un rival bien plantado, rocoso, un muro sobre el terreno de juego al que costó hincarle el diente.

El inicio de partido fue eléctrico, muy intenso, con un Villanovense de autor, como lo definió el técnico rival al término de los 90 minutos. Es decir, un Villanovense aplicado y correoso, presionando al Melilla en su terreno. Fruto de ese ímpetu inicial, los serones disfrutaron ya de buenas llegadas con un remate alto de Jesús Mena en el minuto 5 y poco después de un disparo de Parras, desviado.

Tras ese arranque inicial, la línea argumental del choque se perdió en mucho centrocampismo, mucha vigilancia en ambos conjuntos y escasez de profundidad al llegar a las áreas. Si hubiese habido público, el respetable se habría aburrido. Poco a poco el Melilla le fue perdiendo el respeto del comienzo al conjunto local y en el minuto 25, a balón parado, Borja Díaz conectaba un testarazo en el segundo palo a un centro servido desde la izquierda para adelantar a los visitantes en el marcador en lo que sería a la postre el único tanto del encuentro (0-1).

Otra vez, como ocurrió el día del Villarrubia, al Villanovense le tocaba remar contracorriente en el luminoso. Los serones intentaron reaccionar trenzando jugadas desde su parcela, pero el Melilla se aplicó en defensa y cuando no podía por las buenas, recurría en esa fase a acciones de dureza que no eran castigadas con amonestaciones por el árbitro para desesperación serona. En la recta final del primer tiempo se contabilizaron hasta tres acciones del Melilla que debieron ser amarillas.

El Villanovense siguió espeso a partir de tres cuartos y tan solo tuvo una ocasión de Cristo al borde del descanso, que se fue alto. Antes, Altimira pudo hacer el segundo para los visitantes.

No le gustó a De los Mozos cómo pintaba la cosa en el arranque del segundo tiempo y a las 7 minutos de la reanudación daba entrada a Wilson como ayuda de Cristo en la delantera y a Ruano para mejorar la faceta creativa.

Con la entrada de Ruano, Los serones tuvieron los mejores minutos del partido. El 10 del Villanovense fue la referencia ofreciéndose en todos los ataques, pero lo que se ganaba en la creación se perdía en abusar de balones a la olla, donde el Melilla se mostraba infranqueable.

El Villanovense achuchaba, pero tenía serios problemas en la creación y el cuadro visitante se dedicaba a defender el 0-1, aunque saliendo en peligrosas contras. En una de ellas, Iker Hernández estuvo a punto de sentenciar. Fueron los mejores minutos locales, con la chistera de Ruano, de cuyas botas partió una clarísima ocasión de Bonaque en boca de gol tras un balón cabeceado por Clausí en el 63.

Pero la chispa de Ruano por banda derecha acabó disipándose cuando se cambio de banda, a la izquierda, donde el ex del Melilla tuvo menos compañeros con los que asociarse.

En una recta final de ida y vuelta hubo contras peligrosas del Melilla y los locales buscando el empate en tres ocasiones; un remate de Cristo alto, un cabezazo de Wilson flojo y otro remate de Bonaque que se fue fuera en el añadido.