Se llama Ismael Arroyo Blázquez, es de Navalvillar de Pela y a sus 24 años es todo un virtuoso del saxofón. Junto al aragonés Javier Valero y a los madrileños Raúl Flox y Ángela Romera forma Synthese Quartet, un cuarteto de saxofones cotizado ya a nivel internacional.
Ismael cursó sus primeros estudios musicales en el conservatorio de Don Benito, pero quiso continuar e ingresó en el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León, donde conoció a sus compañeros de cuarteto y acabaron creando el grupo en noviembre de 2017, finalizando asimismo el grado superior con Brenno Ambrosini.
Recientemente han protagonizado la gran gesta de lograr el primer premio, además del Premio “Ricardo Hontañón” a la mejor interpretación de una obra contemporánea en el XVIII Concurso Internacional de Música de Cámara de Arnuero (Cantabria).
Están en absoluta racha, porque unos días antes habían conseguido también el primer premio en el prestigioso Concurso Internacional de Música ‘Léopold Bellan’ de Paris. Estos dos triunfos catapultan a Synthese Quartet por un lado a participar en otro concurso a celebrar en Osaka (Japón) y a protagonizar un concierto en la Fundación Botín.
Mención aparte, su trayectoria está ya laureada con multitud de primeros premios en el Certamen Internacional Pedro Bote, en el Concurso Nacional de Albox (Almería), en el Abate Marchena de Utrera, en el Concurso de Juventudes Musicales en Ávila en la categoría superior, además de diversos triunfos en el conservatorio salmantino.
En suma, la trayectoria de Ismael Arroyo Blázquez con Synthese Quartet está siendo meteórica y sitúan ya a este joven músico peleño en lo alto del panorama musical en cuanto a formaciones de viento de cámara. Todo un orgullo para su localidad y para su familia en un chico que al final ha hecho de la música una profesión que mamó desde pequeño en su pueblo. Y es que el amor por la música, y más concretamente por el saxo, se la debe a su abuelo materno, Pedro Blázquez. Pedro fue de esa generación de músicos autodidactas que probablemente, y debido al contexto de su tiempo, no tuvieron las oportunidades de los músicos actuales, pero cuyo tesón caló tan hondo que su nieto, de pequeño, quedó maravillado y quiso emularlo. El propio Pedro fue quien alentó a Ismael a estudiar y a incorporarse a las bandas municipales, donde al poco, el joven nieto ya ejercía como solista para deleite de su abuelo. Ismael no dudó ni un instante en su puesta de largo de sus inicios al dedicar a su mentor una pieza de Pedro Iturralde, el compositor favorito de Pedro Blázquez.
Así se forjó la trayectoria de este joven peleño saxofonista que lo mismo toca ya en Toledo, Cádiz o Madrid que en Polonia, Croacia o distintos escenarios de Francia.
