La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena, (Agryga) advierte que el precio del tomate para industria previsto para la campaña de 2021 aboca al cultivo a su desaparición en Extremadura.
Según Agryga, se ha acordado un precio de 7.8 céntimos por kilo de tomate, frente a los 9 céntimos que pedía el agricultor por su producto.
“En las negociaciones se trasladó a la industria el precio que pedíamos los agricultores por nuestro tomate en campo, buscando la rentabilidad del cultivo y la supervivencia del sector agrícola que se encuentra muy golpeado por los precios a la baja y el descenso en las producciones del año pasado, detalle que conocen perfectamente estas industrias pues son productoras también, sin importarles la situación económica del agricultor y utilizando su posición dominante para nuevamente asfixiar con los precios”, señala Agryga.
La asociación sostiene que en Extremadura hay una especie de monopolio en la industria del tomate, siendo las industrias Conesa y Transa las más potentes y las que mueven aproximadamente la mitad de todo el tomate, dirigiendo éstas las negociaciones. Todas las industrias esperaban a que Conesa pusiera precio para ellas hacer lo mismo, partiendo siempre de precios “ruinosos”, incluso en las negociaciones finales todas las industrias han firmado sobre 7,8 céntimos el kilo, y Conesa a 7.6 centimos/kg, bajando siempre el precio en campo esta industria.
“Con estos precios y este ansia desmedida de las industrias de engordar sus cuentas de resultados con la ruina de los agricultores lo que van a conseguir es la desaparición de un cultivo histórico en Extremadura que da mucho trabajo en campo, en fábricas, en transporte, en talleres, cooperativas, etc…., y lo más penoso, sin que la administración ni OPAS con esa representatividad que les da voz ante las administraciones hagan algo rotundo y contundente para defender al más débil de la cadena y que es la base de todo el movimiento económico de la región”, añaden.
Los productos fitosanitarios, abonos, gasóleo, luz, maquinaria, mano de obra, etc han subido, por el contrario las ayudas de la PAC este año se recortan sobre un 12 % a los agricultores de tomates con derechos más altos, y los precios que nos pagan no van en concordancia con todo esto, haciendo que las explotaciones sean cada vez menos viables.
Este año habrá un recorte importante de superficie dedicada al tomate y Agryga se pregunta “¿hasta cuándo va a seguir asfixiando la industria al productor?,¿ hasta que desaparezca el tomate de Extremadura definitivamente? Ese futuro está cerca”, vaticinan.
