Las calles de Don Benito vieron desfilar este Miércoles Santo al Santísimo Cristo de la Paz.
El silencio, solo roto por los acordes de la banda municipal de música y el sonido de la madera de los largos varales del paso, fue protagonista en buena parte del trayecto.
Una procesión con muchos penitentes que partió con la dificultad habitual de la iglesia de Santa María en dirección a las calles Primero de Mayo y Santiago y la carrera oficial de Ramón y Cajal.