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Hospital Parque aborda el Trastorno por Déficit de Atención en la especialidad de Neuropediatría

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El Dr. Antonio Polo Antúnez, neuropediatra de Hospital Parque Vegas Altas nos habla del Trastorno por Déficit de Atención.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por la excesiva actividad psicomotriz (hiperactividad), déficit de atención e impulsividad.
Las siglas responden a:
T: trastorno.
D: déficit.
A: atención.
H: hiperactividad.

Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad

Es importante saber que no todo niño inatento y/o inquieto tiene TDAH. El que tenga este trastorno, o no, lo determina el grado de repercusión que esta sintomatología tiene sobre su vida, generándole problemas de funcionamiento social (casa/amigos) y/o académicos (colegio/actividades extra escolares).

Los SÍNTOMAS PRINCIPALES son:

1. La inatención

Se caracteriza por la dificultad para mantener la atención (“se le va el santo al cielo”, “está en su mundo”) y por aburrimiento al cabo de pocos minutos de iniciar una actividad; por ello, cambia frecuentemente de tareas, incluso de juegos, sobre todo si son monótonos o repetitivos.
Mantiene la atención de forma automática y sin esfuerzo para las actividades y tareas que le gustan, pero la atención consciente y selectiva para completar las tareas habituales o para aprender algo nuevo le es muy difícil.
No presta atención a los detalles: a los signos de operaciones matemáticas, enunciados de ejercicios y la ortografía.
Comete errores por descuido o despiste: se pone la ropa del revés, se equivoca en tareas que sabe hacer, tiene un rendimiento inferior a su capacidad y no aprende de los errores.
Presenta dificultades para completar actividades: deja las tareas a medias.
Presenta dificultades para organizarse y planificarse: comienza los problemas por la mitad, deja las cosas para el final y no le da tiempo. Evita tareas que requieren esfuerzo mental: deberes, crucigramas, puzles.
Pierde cosas: material escolar, ropa, juguetes...
Se distrae con facilidad o por estímulos externos mínimos: oye un ruido y va a ver qué pasa, en clase piensa en lo que ve por la ventana o en el recreo. Se olvida de encargos o actividades: olvida para que fue a la habitación, apuntar los deberes, entregar los trabajos en clase.
Parece que no escucha cuando se le habla directamente y hay que repetirle las cosas muchas veces.
La inatención es más aparente hacia los 9 años y está más asociada a las dificultades académicas y a la incapacidad de conseguir objetivos.

2. La hiperactividad

Se manifiesta porque el niño parece estar siempre en movimiento, no puede estar quieto en su asiento, su hiperactividad no suele tener un propósito concreto o definido, es “moverse por moverse”: cambios de postura, enredar con las manos, hacer ruidos con el libro...
Se levanta en situaciones en las que debería estar sentado: en clase, a la hora de comer, en restaurantes...
Corre o se sube a las alturas de forma excesiva o inapropiada en situaciones en las que no resulta adecuado hacerlo, por ello son propensos a sufrir accidentes y tienen problemas de disciplina.
Hacen ruido excesivo mientras realizan actividades o mientras juegan (golpea la mesa, tira los juguetes, da gritos, desarma cosas...).
Habla excesivamente, a veces no se les entiende por las dificultades para organizar las ideas que quieren trasmitir.
Con frecuencia los padres refieren que el niño actúa como si estuviera “activado por un motor”.

3. La impulsividad

Se expresa por una incapacidad de controlar las acciones inmediatas o pensar antes de actuar y se produce por un déficit en el control inhibitorio (pensar antes de hablar o actuar).
Responde antes de que la pregunta haya sido completada, realiza comentarios inapropiados sin pararse a pensar en las consecuencias, tendencia a pelearse, insultar, meterse en líos, cruzar la calle sin mirar.
Dificultad para esperar su turno, quiere ser el primero y se muestra impaciente.
Interrumpir las conversaciones o juegos de otros (conversaciones de los padres, juegos de los amigos).
La hiperactividad e impulsividad se observa más sobre los 4 años, aumenta con la edad y a partir de los 7-8 años empieza a disminuir y se relacionan más con las alteraciones de las relaciones sociales y diversas comorbilidades, como trastornos de la conducta y problemas psiquiátricos.

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