Irene Marcos Valle, una joven empresaria que ha conseguido salir del mundo de las drogas, ha sido la protagonista de la cuarta de las charlas-coloquio organizada por el IES Pedro de Valdivia bajo el título de ‘El valor del esfuerzo, Siete retos, siete causas’ a través de su Departamento de Orientación sobre educación en valores.

Irene contó que se enganchó a este mundo tras la dura experiencia personal de perder a su padre cuando ella contaba con 21 años de edad y estudiaba ADE en la facultad de Badajoz. Al principio fueron meros coqueteos con el cannabis durante los fines de semana, sin concederle prácticamente importancia pues era algo esporádico y aparentemente inofensivo.

Después fue con la cocaína. Su interés por los estudios con los que siempre había soñado fue disminuyendo mientras su vida se centraba cada vez más en consumir esta sustancia que le daba la sensación de bienestar que necesitaba. Cambió su carácter y su actitud. En casa lo achacaron a la depresión por la pérdida de la figura paterna y la animaron a seguir adelante con sus estudios cuando decidió cambiar de universidad para ir a Salamanca.

Irene contó cómo el afán por consumir y por acercarse a aquellos que le acompañaran en esta adición iba desplazando a su interés por hacer su carrera y llegando incluso a convertirse el único objetivo. "Resulta muy duro poder pasar días enteros encerrada en tu habitación, sin relacionarse con nadie, y sólo salir para pillar". Es en ese momento cuando se da cuenta de que su vida se limita a esto y toma la determinación de salir, de reorientar su vida. Reúne fuerzas suficientes para hablar con su madre y con ella pedir ayuda, primero al médico de familia, que la orienta al CEDE (Centro de Drogodependencia Extremeño), donde inicia una fase llena de recaídas.

Posteriormente acude a APOYAT e ingresa en el centro de Villanueva de la Serena en el que permanece 9 meses. En la familia de APOYAT encuentra, tras las charlas y terapias, la fuerza para encontrarse a sí misma, ganas de seguir estudiando y talleres donde descubre sus habilidades, las pone en práctica, disfruta de ellas y empieza a superarse.

 Esta joven, ahora regenta su propio negocio (hoy en día es empresaria, tiene dos tiendas propias en las que vende productos que ella misma diseña), trasmitió su experiencia con optimismo y advirtió a los alumnos que tengan cuidado con los riesgos que les acechan y les tientan cada fin de semana, en cada fiesta. Les llamó a permanecer alerta y a tener el convencimiento de que todo se puede superar con determinación y esfuerzo.

 En todo este proceso de lucha y superación contó, con la ayuda de APOYAT, la asociación nacida en 1986 en Villanueva que ayuda a mujeres con problemas de drogodependencia. Dos trabajadoras de APOYAT que tienen una relevancia fundamental en el logro de Irene, la acompañaron en la charla-coloquio: Leonor Casco Barroso, Presidenta de la Asociación, y Francisca Hidalgo Ortiz, coordinadora técnica del equipo terapéutico y educadora social.

La primera habló de los orígenes de esta asociación que nació de la necesidad de atender a los jóvenes que se adentraron en el mundo de las drogas en la década de los 80, "cuando la sociedad no contaba ni con la información ni con los recursos que se cuenta en la actualidad". La segunda aportó su visión de cómo fue la evolución de Irene y dio algunas pinceladas para entender no sólo el proceso de recuperación del drogodependiente en general, sino para aprender a entender la vida en clave de proceso y las crisis que inevitable tenemos como una oportunidad de aprendizaje y superación. "Tenemos que vivir cada etapa de nuestra vida como una experiencia que nos hace más grandes, sin juzgar si es buena o mala porque todas contribuirán a nuestro crecimiento. Siempre hay que esforzarse y ese esfuerzo acaba convirtiéndose en gozo cuando lo percibimos como superación".

El IES Pedro de Valdivia agradeció a APOYAT su colaboración en esta campaña y felicitó a esta asociación por su labor y a Irene por sus logros y su ejemplar determinación.