El juicio hace revivir estos días la tragedia de Monterrubio

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La tragedia vuelve dos años y medio después al día a día de los vecinos de Monterrubio de la Serena. El Juzgado de Penal de Don Benito acoge desde hace unos días la vista oral del accidente de Castuera que segó la vida de cinco niños y llenó de dolor a sus familias y a todo un pueblo.


Estos días, el juicio ha reavivado la aflicción y el desconsuelo anega las conciencias y, tal y como declaró uno de los padres, ellos son los “verdaderos condenados”.
El 8 de mayo de 2014, quince chavales y su entrenador, Juan Balsera, regresaban a Monterrubio después de disputar un partido de fútbol en Herrera del Duque. Su autocar iba conducido por Juan Gómez y en el asiento de copiloto viajaba Pascual Hidalgo, un jubilado conocido del chófer, que algunas veces le acompañaba para pasar el rato y charlar. Habían sobrepasado Castuera encarando la larga recta en la que se divisa Puerto Hurraco, última población antes de llegar a su destino. El viaje era normal y los chicos iban distraídos con sus teléfonos móviles o escuchando música, según han declarado los niños supervivientes en la vista. Apenas les quedaban diez minutos para llegar.
Según la instrucción de la causa, el autobús estaba adelantando a una retroexcavadora que, de repente, giró a su izquierda para entrar a un camino y se produjo un brutal impacto que acabó con la vida de cinco muchachos y causó heridas de diversa consideración al resto de ocupantes.
Tras la instrucción en el Juzgado de Castuera, el caso llega a esta Sala de lo Penal presidida por la magistrada Beatriz Miranda. En el juicio, se trata de determinar la culpabilidad o inocencia del único acusado, Fernando Fernández Murillo, conductor de la excavadora. Se sienta en el banquillo a la vista sobre todo de los informes de la Guardia Civil que atribuyen inicialmente a su giro sorpresivo el siniestro y a que dio positivo en consumo de cocaína y cannabis.
Además del ministerio fiscal, están personadas acusaciones particulares de las cinco víctimas, del conductor del autobús y abogados de la aseguradora Caser, del acusado y de los propietarios de la retroexcavadora.
Tras los informes presentados por los letrados en las dos primeras jornadas de juicio, el jueves comenzaron las declaraciones. Fernando, el acusado, solo aceptó ser interrogado por su abogado, José Duarte, porque quería ver en igualdad de condiciones al conductor del autobús, al que responsabiliza del accidente. En su declaración dijo que no había consumido droga ese día y admitió que no miró en el momento de girar.
Durante dos horas fue interrogado el conductor del autobús. Muy nervioso, Juan dijo que la maniobra de adelantamiento era normal hasta que la máquina, que carecía de elementos de señalización e ITV en vigor, según los informes, giró sorpresivamente.
Duarte, incisivo, orientó sus preguntas al posible exceso de velocidad del bus, aportando el disco tacógrafo.
Sin duda, para el hecho en sí, los testimonios de los dos conductores son hasta ahora las pruebas testificales más importantes y relegan a un plano secundario las declaraciones del entrenador, de los padres y de los menores supervivientes.
Este lunes se celebró la cuarta jornada de juicio. Una de las testificaciones más rotundas hasta ahora precisamente la ofrecía Pascual Hidalgo, el acompañante que viajaba en el asiento de copiloto del autocar. Lo hacía por videoconferencia asegurando que el autobús se encontraba adelantando cuando la excavadora invadió su trayectoria golpeando la parte derecha del autocar con su cazo.
A la comparecencia de Pascual Hidalgo, el acompañante que viajaba en el asiento de copiloto del autocar le ha seguido la declaración de Juan Murillo, propietario de la empresa de autobuses, que ha asegurado que el autocar tenía la itv pasada y sus neumáticos estaban en buen estado.
También testificaron los primeros sanitarios y bomberos que llegaron al lugar del accidente. Todos ellos narraron la dura situación que se encontraron con tres primeros niños fallecidos en el exterior y dos más que estaban atrapados y cuyos cadáveres hubo que sacar.
Asimismo prestaron declaración varios testigos de la Defensa del conductor de la excavadora, entre ellos el conductor de un turismo que se cruzó con el autocar de los niños momentos antes del accidente y que sostiene que tuvo que frenar ligeramente porque el microbús invadió un poco el carril contrario.
La vista se reanuda este martes con doble sesión de mañana y tarde con las declaraciones de los dueños de la excavadora y de los primeros agentes de la guardia civil.

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