Carta de Nieves Campos a los políticos tras el fallecimiento de su marido

nuestra comarca

Escrito por Nieves Campos.- Después de casi dos años de confinamiento por la larga enfermedad de mi marido (solo salía de casa a comprar y a casa a cuidar de él), no le doy importancia a mi experiencia y a mí balcón no se sale, no porque no aplauda la labor de todos los que están velando y cuidando de nosotros (yo también soy sanitaria), sino por qué no tengo motivos de alegría para aplaudir. Dirijo está carta a todos los políticos, en este caso a quienes están en el gobierno en la actualidad.

 

Carta a los Señores políticos :
Señorías , el 23 de Marzo en plena pandemia perdí a mi Marido después de una larga enfermedad, era un enfermo de Cáncer.
El día 14, cuando decretaron el Estado de Alarma, estaba ingresado en el Hospital en fase terminal, pero al ver lo que se venía encima, que era la saturación de los Hospitales, decidimos venirnos a nuestra casa para que sus últimas horas las pasara con su familia.
El equipo de Cuidados Paliativos me preparó toda la medicación subcutánea para que yo si llegaba el momento pudiera sedarle. Fue " muy duro durísimo". Ellos ya solo podían verle por videollamada porque era mejor no ir a los domicilios " muy duro durísimo".
Llegó el fin de semana, día 21 de marzo, y mi marido me dijo que ya no podía aguantar más y que quería descansar. Mis lágrimas corrían por mis ojos y solo le dije espera, quiero que estés más con nosotros. Él me contestó que ya estaba cansado y quería "dormir ". Se lo comuniqué a mis hijos y ellos me dijeron: “Mamá hazlo”.
Nadie se puede imaginar esta situación. Tengo que aclarar que la sedación no acelera la muerte. Es la propia enfermedad la que está haciendo que el enfermo llegue a su fin.
Intenté con la medicación que me pautaron Cuidados Paliativos y la ayuda de un amigo enfermero que estuviera tranquilo hasta hablar con ellos el lunes. Lo conseguí. El mismo día de su fallecimiento los llamé para contarles todo el proceso. Entonces no dudaron en venir con medidas de protección por supuesto para que el tratamiento de sedación fuera más eficaz , ya con otros medios que yo no tenía.
Desgraciadamente a las seis de la tarde falleció.
Mi marido, que tenía 64 años, no ha podido tener un entierro digno como él se merecí. No ha podido estar acompañado por sus amigos, por su familia, solo por siete personas. Qué pena y qué dolor sin ser enfermó de coronavirus .
De estos muertos no se acuerda tampoco nadie. Con esto quiero hacer una reflexión.
Señores del Gobierno, acuérdense también de las muertes que no son de Covid-19, que sus familias también los han despedido solos y en nuestro caso quedamos una cama de Hospital para que la ocupará un enfermo de covid-19 si la necesitaba.
Los muertos no son números, son personas y hay que respetarlas y tienen nombres y apellidos .
Pongan como mínimo un lazo negro en las televisiones, recuérdenlos a ellos también y por supuesto a todos los demás fallecidos de esta terrible tragedia ellos no eran enfermos de coronavirus y hemos pagado las consecuencias.

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