Los excesos navideños y su repercusión cardiovascular

pablo garcía, cardiologo

En la cultura occidental la última semana del mes de diciembre es sinónimo de reunión familiar, generalmente en torno a un gran banquete. En estas cenas de nochebuena o nochevieja podemos llegar a tomar en una sola comida las calorías necesarias para todo un día (unas 2300 de media).


Si a esto le añadimos la comida de navidad, año nuevo, reyes, además de las cenas con los amigos o los compañeros de trabajo tenemos un periodo del año en el que incrementamos nuestro consumo habitual de sal, dulces, colesterol, grasas y alcohol. De media se ha estimado que podemos engordar entre 3 y 4 kg.
Son fechas de desplazamientos. Queremos vivir estos días intensamente porque en ocasiones solamente coincidimos juntos en esta época del año. Esto altera nuestros hábitos, trasnochamos más y el descanso nocturno se ve reducido.
El estrés de las compras de última hora, no querer perder ni un segundo con la familia y los festivos, también implican que visitamos menos al médico, descuidamos nuestros seguimientos, consultas, tratamientos, etc.
En el SWEDEHEART observational study, un registro sueco de 1998 a 2013, se documentó una incidencia mayor de infartos de miocardio en torno a la semana 52 del año. Especialmente en ancianos o con patología previa, por lo que suponemos que en esta población más vulnerable los excesos navideños pueden ser desencadenantes de patología cardíaca aguda.
En la línea de este registro en Corea la fiesta tradicional (Seollal y Chuseok) se correlaciona con mayor incidencia de paradas cardíacas que el resto de días del año, confirmando la tesis de que el mayor estrés de estos días influye negativamente en los eventos cardiovasculares.
En EEUU están descritos dos picos de mortalidad por infarto agudo de miocardio superiores al resto de días del año, en el día de navidad y el día de año nuevo (Circulation 2004).
De otro lado están las carreras populares, como la San Silvestre vallecana, que se han ido multiplicando por la geografía española ganando cada vez mayor número de adeptos. Muchos de ellos carecen de la preparación adecuada o desconocen si tienen factores de riesgo cardiovascular.
En los últimos años el fenómeno “running” se ha ido democratizando, generando más y más seguidores en todos los estratos de edad y condición física. Algunos son corredores inexpertos que se exponen a un riesgo alto de tener alguna complicación cardiovascular.

Cuando acuden a estas carreras no se comprueba su condición física ni pasan ningún tipo de reconocimiento médico por lo que los cardiólogos insistimos mucho en la importancia de pasar un chequeo preparticipación deportiva y en no descuidar los síntomas de alarma en estas fechas.
En conclusión, estamos en un periodo vacacional marcado por los excesos de un lado y de otro. Debemos enviar a la población el mensaje de la mesura, de no demorar la asistencia médica, ni las revisiones, estar atentos a los signos de alarma y si pertenecemos a colectivos especialmente vulnerables extremas las precauciones.

Autor: Pablo García (cardiólogo).

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