La periodista dombenitense Mar Gómez Fornés acaba de publicar su nuevo libro titulado ‘En el Valle de las Flores’.
Se trata de un libro de poemas cuya presentación pública se ha llevado a cabo en Monroy, concretamente en el contexto de la Semana Cultural de esta localidad, organizada por la Asociación El Bezudo. La periodista está vinculada a Monroy de forma especial ya que su padre nació allí y gran parte de su familia paterna reside en la población.
Tampoco es casualidad que el poemario inicie su recorrido público en Monroy, puesto que muchas de las protagonistas del libro, han sido inspiradas en el mismo lugar, “las he tomado prestadas de sus casas, sus calles, sus tareas domésticas; otras las he construido a partir de leyendas que escuchaba a mis abuelas”, explica la autora.
El poemario nace como un intento de acompañar a “nuestros antepasados” en la soledad de sus tumbas. “Quería ir a hablar con las abuelas al cementerio, escuchar, rezar con ellas y por ellas”, aclara la autora, atraída siempre por la Extremadura que permanece oculta, “calladita y durmiente en la España vaciada de la que tanto se habla ahora”. “Esa España que ha estado ahí siempre, en modo siesta y por fin ahora se despereza”.
El libro está compuesto por 19 poemas, muchos de ellos titulados con el nombre real de la mujer que allí se dibuja, que la autora conoció o de la que oyó hablar cuando era niña. Incluye además fotografías antiguas del “tiempo y el lugar” en el que la autora imagina a sus heroínas.
Según Mar Gómez, el poemario pretende ser “un homenaje microscópico a mujeres que llevaron una vida imperceptible en pueblos minúsculos; mujeres fuertes que tuvieron una vida áspera, sin flores”.
Con el título En el Valle de las Flores , la periodista busca elevar una oración colectiva por todas ellas, empujarnos a llevar flores y escuchar el silencio de los cementerios, “donde todavía muchas de nuestras abuelas y madres, no han dicho la última palabra”.
Algunos poemas muestran con crudeza aquellas vidas en miniatura, la periodista se refiere a aquellas mujeres de pueblo como: “mujeres sazonadas en pimentón” o “asiduas invitadas de funeral en funeral” “mujeres sin una sola flor en la piedra”. Son algunos de los versos de un poemario donde aparece reflejada la propia abuela paterna. “Me pongo en la piel de ella para saber qué sentía al llegar con su maleta y su traje gris a pasar temporadas en distintas casas. Hoy esto sería una enormidad”.
Por último la autora espera que el libro se abra y se lea como “un hecho íntimo, una introspección, un viaje hacia los valles donde tantas mujeres esperan aún una flor o una oración”.
