La asociación Inclusives de Villanueva lleva a cabo una campaña de captación de fondos para costear un aula que estimule el aprendizaje de muchos pequeños.
Vista, oído, gusto, olfato y tacto: nuestros cinco sentidos encargados de hacernos ver, escuchar, olfatear, saborear y tener sensibilidad táctil. A través de los sentidos nos mantenemos en contacto con lo que nos rodea y los que nos rodean, nos relacionamos con nuestro entorno y con los demás, en definitiva, nos permiten sentir la vida. Esta es la razón que ha llevado a Inclusives, la asociación que presta atención a personas con discapacidad intelectual y/o del desarrollo de Villanueva de la Serena a iniciar hace un año un proyecto para crear un aula multisensorial para los más pequeños de la entidad.
“Un Aula Multisensorial nos permite no sólo estimular todos los sentidos y la percepción de los mismos, sino controlar y ajustar dicha estimulación a las necesidades de cada niño/adulto, podemos decir que al favorecerse la integración de toda la información sensorial que se recibe, estamos mejorando la calidad de vida de la persona con discapacidad intelectual o del desarrollo en todas sus áreas” explica Fátima Lozano, psicóloga y terapeuta del Centro de Atención Temprana de Inclusives.
Este proyecto se inició hace un año de la mano de la Fundación José Manuel Calderón que en este tiempo ha logrado reunir 25.000 de los 30.000 euros que cuesta crear este aula multisensorial. Para recaudar los 5.000 restantes, han iniciado una campaña de crowdfunding en el enlace https://www.migranodearena.org/reto/siente-t-inclusives con la que se puede colaborar a partir de tan sólo un euros. Además, como recuerdan desde la entidad, toda donación a través de este proyecto tiene beneficios fiscales.
Este aula multisensorial es un recurso cada vez más necesario por los numerosos beneficios que tiene en los más pequeños explican desde la entidad que nos recuerda que “tratamos a niños con alteraciones en su desarrollo o riesgo de padecerlas, pudiendo estar afectadas una o varias áreas del desarrollo”
Trabajar la estimulación en este tipo de entornos tiene también beneficios a nivel psicológico, porque al conseguir dicha integración sensorial, se sincronizan los ritmos cerebrales, favoreciendo la adquisición de nuevos aprendizajes, disminuyendo las frustraciones derivadas de la falta de compresión de su entorno y, además, permitiendo trabajar las emociones negativas derivadas de las dificultades para percibir la realidad.
Psicólogos, terapeutas ocupacionales y también logopedas aprovechan este recurso para trabajar sus respectivas áreas. Así lo explica Beatriz Barragán, logopeda del Servicio de Habilitación Funcional de Inclusives: “el trabajo de la comunicación en un aula multisensorial es el resultado de la búsqueda de un entorno que posibilite a las personas con discapacidad o del desarrollo un mayor grado de participación, autonomía y capacidad de elección. Además, favoreceremos la atención y concentración en la realización de las actividades. Si al diseño de este entorno le sumamos la presencia de otra persona, potenciaremos aún más las habilidades comunicativas, llegando a poder hablar de “Comunicación Multisensorial”. Porque como ya sabemos, toda persona se comunica, aunque no lo desee, aun no siendo consciente de ello.
¿Y a nivel físico? La actividad física de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en una sala multisensorial es muy significativa y beneficiosa para favorecer la coordinación y equilibrio, minimizar alteraciones ortopédicas y potenciar movimientos específicos a través de estímulos dirigidos comenta Guadalupe Fernández, fisioterapeuta y coordinadora de Atención Temprana de esta asociación.
¿Qué conclusión sacamos de todo esto? Pues que los niños que reciban tratamientos en esta sala multisensorial mejorarán su aprendizaje, su capacidad de relacionarse con el entorno y con los demás, les permitirá aumentar su capacidad de comunicación y de movilidad. En definitiva, serán niños más felices, serán simplemente niños.
